martes, 6 de noviembre de 2007

Conquistadores Conquistados

Siglo XXI, y el común de la gente tiene impregnada en su mente la idea de la conquista Americana como la aniquilación de las costumbres indígenas venidas a reemplazar por la “civilizada cultura peninsular” del medioevo, pero ¿No es raro que bajo esta teoría tengamos una cultura tan diferente a la española? Aquí es donde surge una controversia en el tema de la historia de nuestras costumbres, ha llegado el momento que la gente configure su mentalidad, dejando de lado la imagen tradicional del indio escuchando al misionero que da la charla católica, para imaginar al indígena platicándole al español sus historias y costumbres, maravillándolo y haciéndole imitador de sus tradiciones.

Para el período del descubrimiento se da una dualidad en las artes humanas, la literatura y la historia se fusionan en las llamadas crónicas de indias, que serían las primeras manifestaciones literarias provenientes del nuevo mundo; aquí el hombre relata el paisaje americano como un paraíso de hombres buenos, dando una primera interpretación favorable a nuestro entorno.

Durante la expansión tenemos 2 crónicas de vital importancia representadas en 3 españoles de renombre: Cristóbal Colón a través de Fray Bartolomé de las Casas, y Hernán Cortés; el primero se conservará con el nombre de “diario a bordo” que es un relato totalmente objetivo de las condiciones que se dan en la navegación hacia el nuevo mundo y el posterior encuentro con los indígenas del lugar, no se dan mayores visiones ni interpretaciones por lo que podríamos decir que se trata de un documento de alto valor histórico pero carece del sentimiento humano que buscamos en los escritos. Posterior a ello en la conquista misma del territorio tenemos las crónicas del general español en sus cartas al emperador de España (mal llamado rey), estas son 5 y hablan de temas distintos pero que tienen un hilo relacionado con el desarrollo de sus acciones a través del tiempo; la primera fue perdida pero hace visión de su llegada, posterior a ella viene la segunda carta que trae adjunto un dibujo del plano de México y describe la maravilla del lugar en que se encuentra, con la siguiente hace referencia a la toma de Tenochtitlán, la cuarta y quinta hablan sobre el nuevo orden político español basado en ideas de la monarquía azteca y la española, con el fin de no entrar en un conflicto cultural directo con los indígenas.

Todas las cartas tienen 2 símiles, uno es la admiración de Hernán por el espíritu heroico de lucha que tienen los habitantes de esas tierras, que los españoles solo habían visto en iconos de la literatura épica española como el Cid campeador; el otro es como los indígenas eran capaces de llevar un culto religioso férreo y en su jerarquía que era mantener un equilibrio libre de excesos como los mostrados por la iglesia católica durante la edad media. De este modo, dejamos en claro que la posterior organización dada en tiempos de la colonia tendrá elementos indígenas de suma importancia, como la creación de las iglesias y las distintas órdenes religiosas, que tendrán un fin moralizante tal como lo plantea la religión azteca y lo imita la española; a su vez el espíritu militar azteca será transmitido a las fuerzas armadas de Europa, y se les ocupará como modelos a seguir, sobre todo el mismísimo ejército de la península ibérica en el momento en que Napoleón conquiste España, ya que la organización de resistencias armadas viene del ideal heroico presentado por algunas generales aztecas y sus tropas. Ahora después de todo, con total razón podríamos decir que los conquistadores fueron conquistados, claro que no mediante las armas, sino que con algo mucho más valioso: la belleza de las costumbres de un pueblo llamado a priori más atrasado, pero que tuvo que enseñar mucho a los civilizados europeos.

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